Villahermosa, Tabasco.
El Parque Museo de La Venta se ha distinguido desde su apertura, en 1958, por ser un ícono a nivel nacional e internacional, el cual exhibe no sólo piezas monumentales de la cultura olmeca, sino también fauna regional, como es el caso de jaguares que han alcanzado una edad máxima de 23 años de vida en cautiverio.
“El Negro” es un jaguar melánico que vive en este recinto, y a pesar de su edad se encuentra en buen estado de salud, con las condicionantes de un organismo geriátrico. Sin embargo pronto cumplirá su ciclo de vida, debido a que la esperanza en cautiverio de este tipo de felinos es de 20 a 25 años de edad, tiempo en el que empieza a decaer.
A la fecha, este organismo cuenta con 22 años de vida, de los cuales 21 años ha estado en las instalaciones del Parque Museo de La Venta, desde que tenía 15 meses de nacido.
Este ejemplar nació en cautiverio el 28 de mayo de 1995, en un criadero de felinos silvestres ubicado en la ciudad de Puebla, denominado Proyecto Balam. Tiene como característica particular, la ausencia de dos vértebras coccígeas y fue traído a Villahermosa en agosto de 1996.
Genaro León Díaz fue el encargado de realizar las gestiones para adquirir el organismo, que tenía el nombre de “Lagos”, pero debido al tono de su pelaje se le denominó “El Negro”. Dicho ejemplar se reprodujo en una sola ocasión, pero no tuvo buen término la preñez de la hembra.
El jaguar melánico (Panthera onca) es uno de los felinos con distribución natural dentro del territorio tabasqueño y aún existen reportes de su presencia en nuestras tierras. Considerado como deidad por la cultura olmeca, fue representado en muchas de los trabajos esculpidos en piedra por los primeros habitantes de nuestro territorio. Fue símbolo de fuerza, fertilidad y poder.
Abundante en esos tiempos, sus poblaciones fueron siendo presionadas por las necesidades del hombre de espacios para cultivos, ganadería, vivienda y otras necesidades que van de la mano.
Con el paso del tiempo se fueron aniquilando las áreas de distribución naturales de la vida silvestre y con ello, la interrupción de los corredores biológicos que los jaguares siempre utilizaron para vivir. Hoy, estos espacios están reducidos al mínimo, pues se han devastado enormes extensiones de vegetación natural.
De este modo, las Unidades de Manejo Ambiental y zoológicos son el principal motor de conservación y reproducción del felino. Esta especie se encuentra en peligro de extinción, debido a la reducción de espacios naturales de hábitat y por la caza furtiva para el uso de pieles, y por ser una amenaza para el ganado.